El PSC arrasa al separatismo en Cataluña pero ERC y Junts volverán a ser decisivos para Sánchez

El resultado de las elecciones de este 23 de julio en Cataluña refleja como ningún otro el declive del separatismo que alcanzó sus tiempos de gloria con Pedro Sánchez en La Moncloa. Los pronósticos se han cumplido y las urnas han arrastrado a ERC (siete escaños, seis menos que en 2019) y Junts per Catalunya (siete diputados, uno menos) a un resultado devastador, síntoma de la debilidad de sus tesis de ruptura con el Estado. Los comicios del 28M ya fueron un aviso, y el 23J ha sido la puntilla. El PSC (19 diputados) ha sido el claro vencedor de estas elecciones en Cataluña, un triunfo que no lograba desde 2008 cuando logró 25 diputados, un resultado que fue determinante para el triunfo de José Luis Rodríguez Zapatero. Sumar se convierte en la segunda fuerza, con siete diputados, y el PP se queda con seis, aunque triplica los datos de hace cuatro años. La jornada electoral ha estado marcada por una fuerte caída de la participación. La abstención ha sido la más alta desde 2011.

Los republicanos han afrontado estos comicios tratando aún de recomponerse del batacazo histórico de las municipales y autonómicas, cuando se dejaron 300.000 papeletas. ERC fue a distancia el partido más perjudicado del bloque separatista, en buena medida, por una cercanía a Sánchez que buena parte de su electorado no ha entendido pese a su política de concesiones. Aun así, los republicanos nunca han renunciado a ser muleta del socialista, y así será si el socialista pretende seguir en La Moncloa. Junts, por su parte, ha apostado por la estrategia contraria -una línea dura de confrontación con el PSOE- que hasta ahora le ha dado buenos resultados. Su apoyo o abstención será ahora clave para Sánchez.

Determinantes

Los comicios abren un escenario incierto para las dos formaciones, tras una campaña de confrontación por liderar el separatismo, y con la vista puesta en las próximas elecciones autonómicas.

Pese al retroceso, el independentismo vuelve a ser determinante para que Pedro Sánchez siga en La Moncloa. Confiado aún en sus opciones, el socialista nunca ha dudado en reeditar el bloque en el que durante estos años ha confiado la gobernabilidad del país con su política de concesiones, desde los indultos a los líderes del referéndum ilegal hasta la derogación del delito de sedición y el abaratamiento de la malversación.

Convertido en aliado preferente de Sánchez durante todo este tiempo, ERC ya ha advertido que endurecerá el precio de su apoyo. Ya lo avisó en campaña Oriol Junqueras, alardeando con Arnaldo Otegi de los logros arrancados al socialista: «Lo que va a pasar en España lo van a elegir ERC y Bildu».

Junqueras ha avisado de que la independencia de ambas regiones es su próximo objetivo, innegociable, a través de «dos referéndums de autodeterminación simultáneos». Un plan que ERC ya tiene engrasado y que pretende implementar en los próximos meses a través de la mesa de negociación acordada con Sánchez. Hace unos meses, el presidente catalán Pere Aragonès ya encargó a un grupo de académicos la elaboración de un «pacto de claridad» para definir ese referéndum con el Estado y que Cataluña pudiese «votar en libertad sobre su soberanía». El plan había quedado aparcado por las citas electorales, pero ERC pretende retomarlo cuanto antes, si Sánchez es investido.